Por Yunior Rivas Garcia
NUEVA YORK - En un caluroso día de verano de 2023, Esvin Cruz Mateo tambaleaba mientras movía cajas pesadas de un camión en el almacén donde trabajaba en Bushwick, Nueva York. El calor era sofocante, y a medida que avanzaba la jornada, su respiración se volvió más rápida, sus movimientos más torpes y su vista más nublada. Cuando sus compañeros lo vieron desplomarse, corrieron hacia él.
Pero ya no hubo nada que pudieran hacer.
“Sentimos que algo no estaba bien cuando lo vimos detenerse, pero en cuestión de minutos, se desvaneció", dijo Bladimir Najera, un excompañero de trabajo de Esvin. “Intentamos ayudarlo, pero fue demasiado tarde”.
Esvin tenía 24 años y había llegado a Estados Unidos desde Guatemala hacía menos de un año.
Sin familiares cercanos en el país, fue trasladado a un hospital cercano, donde fue declarado muerto.
Según investigaciones de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA), la agencia federal responsable de garantizar la seguridad y salud en el lugar de trabajo, Esvin falleció por una falla multiorgánica, con exposición al calor extremo y al monóxido de carbono de los gases del camión como factores contribuyentes. Su cuerpo fue repatriado a Guatemala, donde fue recibido por su madre, Paulina Mateo y la gente de su pueblo, Jalapa.
“Lo mandaron de regreso en una caja. No pude despedirme de él, ni verlo una última vez”, dijo Paulina, entre lágrimas, recordando el momento en que recibió la noticia. “Todo lo que quiero es saber por qué dejaron que eso pasara, ¿por qué no lo protegieron?”.
La investigación sobre su muerte sigue “abierta”.
Los trabajadores latinos en Estados Unidos, como Cruz Mateo, se enfrentan a un riesgo mortal creciente debido al estrés por calor, especialmente en sectores esenciales como la construcción, la agricultura, y el almacenamiento. A pesar de que los latinos representan solo el 17% de la fuerza laboral de EE.UU., desde 2010 han constituido un tercio de todas las muertes relacionadas con el calor en el lugar de trabajo, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS). Las regulaciones laborales que deberían protegerlos aún han sido insuficientes.
El último Censo Nacional de Lesiones Fatales en el Trabajo (publicado en 2023) muestra que los trabajadores latinos representaron el 23% de todas las muertes laborales, siendo las ocupaciones en construcción y transporte de materiales algunas de las más mortales. Estas industrias los exponen regularmente a condiciones extremas de calor, y muchos de los trabajadores son indocumentados, lo que limita su capacidad para exigir mejores protecciones laborales.
Además, las fatalidades por exposición al calor ambiental aumentarán en un 19.4% entre 2021 y 2022.
La falta de protecciones adecuadas, como descansos regulares, acceso a agua potable y programas de aclimatación, ha convertido la situación en una crisis nacional.
Según la OSHA, el promedio anual de muertes relacionadas con el calor ha sido de 38 en la última década, pero la frecuencia de climas extremos ha disparado esta cifra en los últimos años.
Este problema no se limita a las regiones más cálidas del país. Un análisis de Climate Central, una organización sin fines de lucro dedicada a analizar los impactos del cambio climático, revela que el número de días con índices de calor peligrosos (por encima de los 80°F) ha crecido en casi el 90% de las principales ciudades de EE.UU. desde 1979. Que también está afectando a sectores como el transporte, la manufactura y los servicios, donde las condiciones de trabajo pueden ser igualmente peligrosas.
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Fuente: 'OSHA Investigation Summaries', Grafico por Yunior Rivas Garcia
“Cuando el cuerpo no puede liberar suficiente calor, comienza a fallar internamente. Los órganos no están diseñados para soportar temperaturas internas elevadas por tanto tiempo”, dice el Dr. Thomas Bernard, profesor en la University of South Florida College of Public Health y experto en estrés térmico.
El subraya que las muertes por calor son totalmente prevenibles si los empleadores toman medidas básicas. “No estamos hablando de tecnologías costosas o medidas imposibles de implementar. Estamos hablando de acceso al agua, descansos regulares y sombreado”.
Mientras Bernard enfatiza los riesgos innecesarios a los que están expuestos los trabajadores, también insta a los trabajadores a practicar la “autoconciencia” y la “autoprotección”. Los trabajadores deben aprender a reconocer los síntomas tempranos del estrés por calor y escuchar a sus cuerpos. Si sienten agotamiento o mareo, es crucial que hagan una pausa y se hidraten, sin esperar a que se agrave la situación. Aunque en realidad a veces es más fácil decirlo que hacerlo.
Este 'quiz' interactivo pondrá a prueba sus conocimientos sobre la prevención del estrés por calor en el lugar de trabajo. Asegúrese de leer la explicación de cada respuesta de los recursos al final del cuestionario. ¡Buena suerte!
Descargo de responsabilidad: Este 'quiz' interactivo tiene fines educativos únicamente. No es un consejo médico o legal.En los últimos años, se han realizado varios esfuerzos a nivel estatal e institucional para abordar los riesgos del estrés por calor en el lugar de trabajo. En agosto del 2024, el estado de Nueva York publicó guías para empleadores, destacando la importancia de medidas preventivas como planes de respuesta ante emergencias y registros de incidentes relacionados con el calor.
Aunque no está específicamente enfocada en el clima, Nueva York también promulgó en 2023 la “Ley de Carlos”, una legislación que aumenta las multas a contratistas negligentes cuya falta de medidas de seguridad resulta en lesiones graves o muertes de trabajadores. La ley, escrita tras la muerte de un trabajador latino de 22 años en la construcción, refleja un paso más hacia la rendición de cuentas en la protección laboral.
Otros estados, como California y Colorado, han adoptado regulaciones específicas para proteger a los trabajadores del estrés térmico.
Sin embargo, estos esfuerzos siguen siendo un mosaico de políticas que varían de un estado a otro y carecen de aplicación estricta. Desde 2024, sólo seis estados cuentan actualmente con estándares específicos de protección contra el calor. Mientras que otros, como Texas y Florida, algunos de los estados con el mayor número de muertes por calor en el lugar de trabajo, han bloqueado activamente medidas locales diseñadas para proteger a los trabajadores contra el calor extremo.
Expertos y defensores de los derechos laborales advierten que, sin una normativa federal o sin una mayor aplicación de estas reglas, los trabajadores siguen expuestos a condiciones peligrosas.
“Estas muertes no son accidentes, son el resultado directo de políticas que priorizan las ganancias por encima de la vida humana”, dice Pablo Alvarado, co-director de la Red Nacional de Jornaleros (NDLON), una organización sin fines de lucro basada en California que aboga por los derechos de los trabajadores jornalero, muchos de los cuales son latinos y/o inmigrantes.
Alvarado no oculta su frustración ante lo que él describe como “el abandono sistemático” de los trabajadores más vulnerables.
“Hemos visto avances en lugares como California donde las protecciones contra el calor han salvado vidas”, cuenta Alvarado. “Estos estándares muestran que es posible garantizar condiciones de trabajo más seguras, incluso en sectores tan exigentes como la agricultura o la construcción. Pero no podemos detenernos solo ahí”.
A partir de 2024, la OSHA no cuenta con un estándar federal aplicable para el estrés por calor. La única herramienta disponible es la "General Duty Clause", que tiene un carácter reactivo y sólo puede aplicarse después de que ocurra un incidente, como una lesión o la muerte de un trabajador.
Durante la administración de presidente Biden, la OSHA ha implementado algunas medidas para enfrentar este problema, incluyendo la creación de un Programa Nacional de Énfasis (NEP) sobre el calor en 2022, que se enfoca en industrias de alto riesgo y permite inspecciones preventivas en días de advertencia de calor extremo.
Estas protecciones estaban diseñadas para salvaguardar aproximadamente a 36 millones de trabajadores frente a los riesgos de salud relacionados con el calor, especialmente en sectores donde las condiciones son físicamente demandantes y donde las temperaturas elevadas son la norma. Sin embargo, estas regulaciones aún no fueron aprobadas y dependen del proceso administrativo federal, un camino que siempre puede ser lento y vulnerable a cambios políticos.
De hecho, los defensores de la seguridad laboral temen que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca detenga o completamente desmantele estos esfuerzos. Durante su administración previa, Trump dejó en suspenso varias regulaciones relacionadas con la salud y la seguridad laboral y además sus aliados republicanos han criticado las reglas propuestas por la OSHA, clasificándolas como imprácticas para trabajos al aire libre.
Este retroceso podría poner en peligro la vida de millones de trabajadores vulnerables a las condiciones extremas del calor, especialmente en estados que carecen de protecciones locales robustas.
“Ya vivimos el abandono de las protecciones laborales en su administración anterior”, advierte Jordan Barad, ex-subdirector de OSHA y experto en seguridad laboral. “Veremos más muertes evitables, y los trabajadores latinos y migrantes estarán en la primera línea de ese sufrimiento”
Al consultar a la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) sobre el estado actual de las regulaciones federales y las preocupaciones expresadas por expertos, la agencia emitió un comunicado reconociendo la gravedad del problema.
“La protección de los trabajadores contra los efectos del calor extremo sigue siendo una prioridad para OSHA", dijo Patrick Malone, portavoz de la agencia en un comunicado. “Estamos comprometidos a implementar medidas que salven vidas, incluyendo la propuesta de un estándar federal y programas de concienciación sobre el estrés térmico en industrias de alto riesgo.”
No obstante, sin legislación concreta y la aplicación estricta de la ley, las promesas administrativas siguen siendo solo promesas vacías.
“[Esvin] vino aquí a trabajar duro y a ayudar a su familia. Pero en este país, parece que nuestra vida no vale nada”, dijo Najera. “Aquí nadie piensa en nosotros hasta que alguien muere”.
El caso de Esvin Cruz Mateo y las historias de miles de otros trabajadores, cuyos nombres aún desconocemos, dejan claro que el calor extremo no es sólo una cuestión logística, sino un problema de justicia laboral.
Mientras los políticos continúan debatiendo entre la productividad y la seguridad laboral, para millones de trabajadores en Estados Unidos, el tiempo se les está acabando.